Sunday, July 15, 2007

No hace falta tanta historia…

Casi siempre, los amigos—los amigos verdaderos—comparten una parte grande, o una parte profunda y significativa de sus historias. Tiempo y experiencias compartidas los hacen más expertos en nuestra geografía física y psíquica que nuestros propios padres. Si uno ha tenido la suerte o el infortunio (!) de convivir por años desprovistos totalmente de privacidad bajo un mismo techo, comiendo de un mismo plato, soñado las mismas pesadillas y unidos en una resistencia común contra la autoridad institucional—como es este colorido collage humano de la 9ª. Promoción—ellos conocerán más que nadie nuestras debilidades, secretos y fortalezas.

O, igualmente, si uno ha tenido la mala o buena suerte de meterse en un mismo bote empresarial y enfrentar y sobrevivir juntos sus avatares, comprobando otra vez que lo importante no es lo que nos pasa sino lo que nos queda.

Cada uno habrá tejido y conservará una hilacha del tapiz de nuestra historia. Ellos son, parafraseando a Oscar Wilde, “los verdaderos amigos que no te clavarán el puñal por la espalda, sino por el pecho”.

Pero no siempre es así, no siempre hace falta tanta historia. También, como escribiera el ensayista Ingles C. S. Lewis, “la amistad nace en ese momento que una persona le dice a otra: ¡¿Qué?! ¿Vos también? Yo creí que era el único que…”

Así encontré otro de mis buenos amigos, Roberto Cardozo, como mosca en la leche… no no, esta no es una buena analogía! …mas bien como un chispazo en la penumbra, en medio del desordenadamente egotista mundo de los negocios. De nada más que cliente a nada menos que desinteresado y leal amigo… un salto bastante inusual en mi experiencia.

¡Click!

¿Vos también te entretenés en esas meditaciones filosóficas?

¿Vos también ves la injustificada distancia entre lo que es y lo que debiera ser?

¿Vos también disfrutas del arte?

¿Vos también aprecias el valor de la familia?

¿Vos también consideras tan importante la educación?

¿Vos también haces todo lo posible por hacer lo correcto?

¡Y yo que me creía el único…!

No intento de manera alguna atribuir solamente a Roberto estas admirables cualidades, todos mis amigos las poseen; ellos, despues de todo, han modelados las mias!. El punto es simplemente, la forma como uno las descubre en ellos, y como se las asimila.

Visité a Roberto y su familia durante mi último viaje a Argentina, y con ellos pasé uno de los mas placidos días de mi estadía. Cada vez que salgo de mi casa, siento la presencia de Roberto que me saluda desde su pintura a mi izquierda—y la de Susana Bertoldi desde la suya a mi derecha.

Con la familia Cardozo: Carolina, Miri y Miriam. Roberto, detrás de la cámara, es controlado con la mirada atenta de su esposa.

¡Uppppsss! ¿Que pasó?


Un abrazo,

Alberto

No comments: