Sunday, April 20, 2008

Dolor de Hambre


Ese tipo de dolor no era nuevo para mí con años sufriendo problemas gástricos, hasta que pude equilibrar mi metabolismo con medicación y una buena dieta. Pero ya tenía casi olvidadas esas punzadas peristálticas con que mi aparato digestivo acusaba mis excesos alimenticios. Si, me había excedido.

Es que el restaurante del nuevo museo se presentaba irresistible por su limpieza y la variedad de platos. Fue recién cuando me dí cuenta que me había servido demasiado y que una parte iría al tacho de basuras que sentí la primer molestia. Mi bandeja llena parecía un desafío a las últimas noticias sobre la crisis mundial del precio de los alimentos que, en mi mente, esta asociada a las imágenes de esas criaturas apretadas por el hambre en Asia, Africa y América Latina.

Como lo había sospechado, quedé satisfecho con la mitad de lo servido, pero mi conciencia me impedía tirar el resto. Esos chicos hambrientos estaban demasiado cerca de mis pensamientos, que burla cruel, ¡tirar a la basura lo que podía dar un día más de vida! Pero también estaban demasiado lejos físicamente… Mi conciencia me impedía tirar las sobras. Y terminé comiendo todo lo que quedaba.

La molestia inicial se transformo en un dolor que los médicos llaman “dolor de hambre”, característico de la ulcera gástrica, e irónicamente, también de estómagos vacíos. Yo encontré que mi dolor alcanzaba mi conciencia.

El presente aumento en el precio de los alimentos afecta a todos, pobres y ricos. Pero unos pueden seguir alimentándose y otros no. Mientras que con mis vecinos nos preocupamos por el costo de llenar nuestro tanque de nafta, una gran parte del mundo tiene otra preocupación más dificultosa de solucionar: llenarse el estómago.

Los medios traen noticias de Caracas con estanterías vacías; de revueltas populares en México, Egipto, Burkina Faso y Camerún; riesgo de hambruna en Jamaica, Nepal, Filipinas y Africa. Haití presenta un escenario dramático con miles de personas en demostraciones y pillajes callejeros.

El precio de los alimentos básicos esta comenzando a provocar inestabilidad política en países hasta el presente mas o menos estables, obligados a imponer control sobre los precios del maíz, trigo, arroz, y productos lácteos.

¿Qué es lo que causa esta subida en los precios de los alimentos? ¿A quien podemos culpar para aliviar nuestras conciencias?

Durante el año pasado, los precios globales de los alimentos aumentaron un promedio del 40 por ciento, poniendo los alimentos básicos de primera necesidad como el trigo y el arroz desproporcionadamente caros.

Los expertos como Chad Hart, economista agrícola, Iowa State University, lo atribuye a varios factores, principalmente al aumento mundial del costo de energía, obviamente necesaria para mover los productos alimenticios alrededor del mundo. Otros factores importantes son la utilización de productos agrícolas para fines no alimentarios como bio-combustibles; los cambios climáticos y las malas cosechas por sequías prolongadas y severas como la de Australia, uno de los principales productores de alimentos de distribución mundial.

El economista Hart también incluyó las políticas de países que pueden estar afectando los precios mundiales de alimentos. “Vemos definitivamente” explica, “que los países están tomando medidas para proteger sus reservas alimenticias y sus mercados domésticos. Tenemos países como Argentina, que ha aumentado sus impuestos de exportación a una buena cantidad de sus productos agrícolas para impedir que salgan del país; y como India aboliendo la exportación de arroz.

De todos estos factores, la mayoría de las críticas son contra los subsidios gubernamentales a favor de bio-combustibles, especialmente el etanol. Muchos expertos coinciden en que este re-direccionamiento de la producción agrícola es dañino para el medio ambiente, y ahora se puede agregar como otra causa de este incremento en el precio de los alimentos.

La gente que sufre hambre reacciona frente a problemas que simplemente no pueden ser solucionados con notas como esta, ni con sacudones de conciencias lejanas. Las oportunidades para ayudar a aliviar por lo menos un hambre por un día están frente a nosotros…

Un abrazo,

Alberto


Sunday, April 6, 2008

Sobre gustos no hay nada escrito, dicen…

En mi imaginación, el Jazz esta asociado con el tipo de música nacido en las comunidades negras del sur de los Estados Unidos; con "Satchmo" Louis Armstrong, Duke Ellington, y las bandas callejeras de New Orleans… Nunca asocié el Jazz con la muerte, con excepción de la tradicional costumbre—precisamente particular del Estado de Louisiana—de marchar a su ritmo acompañando a un difunto “jazzman” hasta su lugar de descanso final. Camino al cementerio, la familia del difunto es reconfortada con el lento y cadencioso canto fúnebre de despedida.

Me gusta el Jazz. Ya estaba comprometido en asistir a esa sesión de Jazz que se presentaba en la Capilla de un Cementerio Parque de Washington. Ernesto estuvo de acuerdo en acompañarme. Hasta ahí, nuestros gustos parecían ser similares.

Tuvimos un poco de dificultad en encontrar la Capilla entre el laberinto de senderos y tumbas, pero finalmente logramos ubicarla. Sin embargo, era todavía un poco temprano y la banda no había llegado aun.


Mientras conversamos esperando la llegada de los músicos, noté que los ojos de Ernesto escudriñaban el lúgubre predio como buscando la tumba de algún conocido, hasta que se detuvo en una de ellas, y sin apartar la mirada me dijo “¡Esa!”

Yo he viajado un poco, y he conocido otras gentes y otros gustos. Pero nunca se me ocurrió tomarme una foto de vacaciones al lado de una tumba.

Entonces termine de comprender que realmente, sobre gustos no hay nada escrito…

Alberto