Friday, June 29, 2007

¿Me servís un Chandón Cartucho?

Tenía que asegurarme que por lo menos dos botellas de Chandón estuvieran siempre reservadas y a la temperatura ideal, acostada en el estante mas bajo de la heladera, y que el cenicero al costado de la caja registradora estuviera limpio.

--“Ahí llega Alberto!” era el ya conocido llamado de atención de Cartucho, el barman que ya se había convertido en el icono de Latakia, la confitería de la que les hablé en una nota anterior.

Con movimientos ya automatizados por la repetición, el personal de la cocina se movería a heladera y de la heladera a la barra colocando una fría botella de champagne en las manos expertas del veterano Cartucho. La rutina era colocar la botella en la cubitera con hielo hasta el cuello, cubierta con una servilleta de lino blanca para resguardarla de luz directa, y esperar que después de barrer el lugar con la mirada, el esperado cliente se acomodara en la barra.

En ceremonioso ritual, él se quitaba lentamente la chaqueta de cuero de puma, y mientras el mozo de turno se llevaba el abrigo, su encendedor de oro lanzaría danzantes destellos de luz a todos los rincones del establecimiento. Mientras el humo de cigarrillo se elevaba mas allá de las apergaminadas luces pendientes del techo, Cartucho invariablemente le preguntaba aun conociendo la respuesta “¿Qué le sirvo Doctor?”.

Con la misma claridad con la que seguramente persuadía a los administradores de justicia, todos confirmábamos que la preparación había sido correcta: “¿Me servís un Chandón Cartucho?”

Cartucho cerraba el ritual controlando que la bebida estuviera exactamente a 8 ºC, y luego, con inimitable maestría, desenredando el atado de alambre, tomando el corcho con la mano izquierda y girando la botella con la derecha… un suave “pop!”, y el corcho quedaba inerte en su experta mano sin desbordar el liquido. Todo bajo la mirada atenta del Doctor José Luis Bertoldi.

No puedo recordar cuando y en que circunstancia lo conocí por primera vez, pero de a poco y a medida que lo fui conociendo, y que fui conociendo sus relaciones y su familia; disfrutando de su constante y contagioso buen humor, de su generosidad, y de su extraordinario sentido común, fue creciendo una sólida, perdurable y gran amistad. La boda de José Luis con mi querida amiga Susana se celebro en la Confitería Latakia en una noche de inolvidable alegría y burbujas.

Con José Luis reí de buena gana y aprendi a tomar champagne con cazuela de panza, conquisté desafíos y solucioné problemas, y cuando tuve que enfrentar una dificultad en la corte de Estados Unidos, Jose Luis estuvo conmigo para ser mi testigo.

He buscado por todos los rincones alguna foto de este gran amigo, y no he podido encontrar mas que una tomada en mi casa en Virginia que seguramente será irreconocible en la pantalla de la computadora, pero la publico lo mismo en homenaje a este gran amigo que según lo ha prometido, nos encontraremos juntos otra vez en poco tiempo.

Jose Luis y yo en Reston, Virginia, USA

No pudiendo controlar mis hábitos, y habiéndome enterado que este tío había tomado el hobby de mantener caballos de carrera, una tarde decidí llamarle por teléfono.

--“Hola, ¿hablo con la casa del abogado Bertoti?” Dije fingiendo voz de chacarero.

--“Bertoldi querrá decir! Si habla con la casa del Dr. Bertoldi…” Respondió la atenta Susana.

--“Vea soy el Pitrufo, acá en Villa Maria, y le quiero decir al abogado Bartolo que su caballo se ha muerto hace dos días y esta tirado acá en la calle.. lo tiene que venir a sacar porque ya se esta pudriendo…”

--“Ya le he dicho que es Bertoldi… ¡Bertoldi! ¿Como se llama usted? ¿De que habla?”

--“Del caballo muerto la hablo señora…”

Imaginándome la cara de Susana yo no podía aguantar la risa… Como ahora recordando el episodio… El resto de la historia que la cuente José Luis si tiene el ánimo! Yo ahora quiero homenajear a su fantástica esposa Susana, compartiendo con ustedes un regalo que ella me hizo y que me obliga a recordarlos todos los días.

Paisaje. Artista: Susana Bertoldi

Un abrazo,

Alberto

2 comments:

Anonymous said...

jajajajajajajaja!!!

muy bueno!! pero me parecen que ya te tienen picado el boleto, tio Al... :p

cuando hay una llamada medio rara ya piensan "este es alberto que nos está jodiendo"...


besos para todos por allá!!!

Anonymous said...

Desde el mas recóndito lugar de la prehistoria cibernética he logrado por fin descubrir como mie...se usa esto!!!.-
Me alegra tu recuerdo; veo además que lo "floreaste" con creaciones imaginarias. Después de todo, un artista como vos no tiene por que retratar la realidad, le basta con dibujarla.-
Cartuchoooooooo!!!, dame otra botella!!!; glup!!.-
Ahora sí; ya con dos adentro veo un unicornio, ¡¡¡sin el cuerno!!!.-
"El corto".....