Saturday, May 30, 2015

Abiertamente Secular



Gracias amigos por expresar,  pública y privadamente, sus “me gusta” por esta nueva portada de mi FaceBook, que tiene en esta instancia un significado especial.

Como todos han notado, la imagen reproduce una escena—en realidad, dos escenas…—de los frescos de la Capilla Sixtina, combinadas para representar mi comprensión del universo que habito.

La imagen original es “La Creación del Adán” donde se muestra a Dios dando vida al primer hombre.  En mi versión, Dios ha sido reemplazado con la imagen de la “Sibila de Cumas”, profetisa mitológica capaz de conocer el futuro.


En la Eneida de Virgilio, la Sibila de Cumas guió por el Hades a Eneas, el príncipe troyano quien buscaba reencontrarse con su padre Anquises.

En la mitología griega, Hades es la sombría y tormentosa morada de los muertos donde terminaban todos los mortales.  En el Canto VI de la Eneida, Eneas consulta a la sibila, y esta lo ayuda a descender a los infiernos,  atravesando la Estigia hasta alcanzar los Campos Elíseos donde  encuentra a su padre, quien le revela su futuro y le señala cuales de las almas que por allí deambulan serán parte de su descendencia.

"Ibant obscuri sola sub nocte per umbram
perque domos Ditis uacuas et inania regna:
quale per incertam lunam sub luce maligna
est iter in siluis, ubi caeleum condidit umbra
Iuppiter, et rebus nox abstulit atra colorem."
 Jan Brueghel El Viejo - Eneas y la Sibil en el Submundo, 1630 
(http://www.metmuseum.org/collection/the-collection-online/search/435813)

"Iban oscuros por las sombras bajo la noche solitaria
y por las moradas vacías de Dite y los reinos inanes:
como el camino bajo una luz maligna que se adentra en los bosques
con una luna incierta, cuando ocultó Júpiter el cielo
con sombra y a las cosas robó su color la negra noche."

Cuenta la leyenda que la Sibila se presentó ante el rey romano Tarquinio el Soberbio como una mujer muy anciana y le ofreció nueve libros a un precio extremadamente alto. Cuando Tarquino se negó pensando en conseguirlos más baratos, la sibila destruyó tres de los libros y le ofreció los seis restantes al mismo precio que al principio; Tarquinio volvió a negarse, y ella destruyó otros tres. Ante el temor de que desaparecieran todos, el rey aceptó comprar los tres últimos pero pagó por ellos el precio que la sibila había pedido por los nueve.
Estos tres libros llamados Libros Sibilinos, mantenidos en el templo de Júpiter,  eran consultados por los romanos del siglo II a.C. En situaciones de crisis los libros eran consultados para ver si había una profecía que pudiera aplicarse a la situación del momento.  En 83 a.C. el fuego destruyó los originales y debió armarse una nueva colección que no pudo llegar hasta nuestros días porque en el año 405 el general romano Estilicón, ordenó su destrucción.

En mi libre interpretación, el libro, como repositorio de conocimientos mas que como narración de lo absurdo, es el símbolo de progreso humano en este mundo natural, que no debe despreciarse en beneficio de una felicidad ilusoria en otro mundo que no existe.

En esta imagen combinada, yo he encontrado una metáfora visual de quienes declarándose “Abiertamente Seculares”, celebraron por primera vez el pasado Abril 23, el Día de Ser Abiertamente Secular.

Dado que la histórica discriminación contra la gente secular es incontrolada—y tal vez incontrolable—La Coalición Abiertamente Secular (Openly Secular), se ha impuesto la misión de eliminar la discriminación y aumentar la aceptación exhortando a las personas seculares—incluyendo humanistas,  librepensadores, agnósticos, ateos, y personas no religiosas—a que sean abiertas sobre sus creencias.
 Por este tipo de discriminación hay adolescentes sin hogar por haber sido echados de sus casas; hay jóvenes activistas amenazados de muerte; y hay  personas que han perdido amigos (de lo que puedo atestiguar personalmente), familia, y compañeros de trabajo solamente  por  no mantener las mismas creencias.
 
Como la Coalición Abiertamente Secular, yo creo que todas las personas deben gozar de la libertad de vivir abiertamente su verdad. “Si no podemos expresar lo que somos, por cualquier motivo, no podemos vivir plenamente una vida auténtica."

Lamentablemente, esta es una experiencia común para muchas personas que ocultan, y  en algunos casos tienen que mentir acerca de sus creencias seculares.  Optar por no afiliarse a una institución o creencia religiosa, es cada vez más normal, pero expresar duda o incredulidad de la existencia de dios, dioses, o fenómenos sobrenaturales sigue siendo un tabú, e inaceptable para la mayoría de las personas.  Para quien se reconoce como secular, o laico, el silencio los hace cómplices y mantiene el statu quo.

En el mismo sentido del humanismo secular, creo en una realidad humana con una ética propia, junto con la interpretación racional de los fenómenos naturales; creo en el método científico descartando las explicaciones sobrenaturales sobre el origen del universo y de la humanidad; creo en la aplicación de la ciencia y la tecnología para mejorar la condición humana; y me adhiero a Mario Bunge en ver  en el humanismo secular una preocupación genuina por la totalidad de la humanidad. 

Algunos de mis escritos pintan el mundo que imagino, uno donde se pueda ser laico, o agnóstico, sin tener que pagar el precio emocional de perder el aprecio de amigos o familiares; donde las comunidades puedan mantenerse integras y sin quebrantos cuando uno de sus miembros se aleje de la religión u otras creencias súper naturales.

>>”It was, of course, a lie what you read about my religious convictions, a lie which is being systematically repeated. I do not believe in a personal God and I have never denied this but have expressed it clearly. If something is in me which can be called religious then it is the unbounded admiration for the structure of the world so far as our science can reveal it.”<<
-- Albert Einstein, 1954, from Albert Einstein: The Human Side, edited by Helen Dukas and Banesh Hoffman, Princeton University Press
 >>”Fue, por supuesto, una mentira lo que leíste sobre mis convicciones religiosas, una mentira que está siendo repetida sistemáticamente. Yo no creo en un Dios personal y nunca lo he negado sino que lo he expresado claramente.  Si hay algo en mí que podría llamarse religioso, entonces es mi ilimitada admiración por la estructura del mundo como hasta ahora nuestra ciencia la puede revelar.”<<
-- Albert Einstein, 1954, en Albert Einstein: The Human Side (Albertt Einstein: El Lado Humano, editado po Helen Dukas y Banesh Hoffman, Princeton University Press.

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