Haaretz | Opinión
Una invasión terrestre de Gaza es un desastre anunciado--por Gideon Levy para Haaretz
Israel está a punto de lanzar una catastrófica invasión terrestre de la Franja de Gaza--o ya la habrá lanzado cuando aparezca este artículo. Es probable que la invasión termine en un fiasco como nunca antes habían experimentado Israel y Gaza. También podría hacer que las imágenes procedentes de Gaza de los últimos días parezcan un comercial de TV. Posiblemente, podríamos estar viendo una matanza masiva.
Podrían morir inútilmente un gran número de soldados israelíes. Los residentes de Gaza se enfrentarían a una segunda Nakba, cuyos primeros signos ya son evidentes sobre el terreno. Nadie saldría mejor que antes de estos horrores.
Hora tras hora, las imágenes de Gaza son cada vez más aterradoras. Los medios de comunicación israelíes, que se han alistado en la lucha, están traicionando su compromiso periodistico impidiendo que su audiencia vea todas las escenas. Se las arreglan con interminables y tediosas charlas de generales.
Pero el hecho de que Israel no esté mostrando lo que está sucediendo en Gaza no significa que la catástrofe no se esté desarrollando allí. El sábado pasado, más de un millón de personas, la mitad de las cuales son niños, huían para salvar sus vidas o en actos suicidas buscaban refugio en sus casas destrozadas.
Ancianos, mujeres, niños, discapacitados, enfermos huyen hacia el sur, a pie, sobre el capó de automóviles, en burros o en motocicletas, con sólo unas pocas pertenencias. La gente se dirige hacia su destrucción, y lo sabe.
No hay nadie en la enorme procesión que se dirige hacia el sur que crea encontrar su casa si pudiera en algún momento regresar. Nadie ha olvidado las escenas de la Nakba que vivió la generación anterior de sus familias hace 75 años. El sábado pasado, la tragedia en Gaza se parecía a la de Nagorno-Karabaj.
¿Adónde irán los palestinos de Gaza? ¿Dónde se esconderán? ¿Dónde encontrarán refugio? En el mar, tal vez. No hay electricidad, ni agua, ni medicinas, ni Internet.
Esta expulsión es un masivo castigo colectivo que presagia lo que está por venir. Israel está diciendo que el norte de la Franja de Gaza debe ser limpiado de Hamás, y luego se desplazará más hacia el sur. Luego se ordenará a dos millones de personas, o a las que queden con vida, que huyan ahora hacia el norte para limpiar el sur.
La misión se cumplirá. Las Fuerzas de Defensa de Israel tomarán nota de las muertes masivas causadas y afirmarán que la mayoría de ellas eran de Hamás. Cada adolescente será llamado miembro de Hamás. Pero esos más de 600 niños palestinos ya asesinados antes de la inminente invasión terrestre, esos no eran Hamás.
Israel saldrá victorioso. Gaza será arrasada. La red de túneles de Hamás quedara limpia. Las bestias humanas serán asesinadas. El hedor a muerte se elevará desde la Gaza para mezclarce con las escenas de quienes mueren de hambre y quienes están al borde de la muerte en los hospitales abrumados y carentes.
Y el mundo seguirá apoyando a Israel. Porque Israel fue atacado por la barbarie y no tuvo otra alternativa. Los rehenes israelíes podrían pagar el precio con sus vidas.
Y un nuevo día amanecerá sobre una Gaza en ruinas. ¿Y entonces qué? ¿Quién asumirá las riendas del gobierno allí? ¿Representantes de la Agencia Judía? ¿Los colaboradores de Gaza? ¿Y qué ganará Israel con eso? Y eso sin mencionar una guerra en múltiples frentes que también podría estallar y cambiar por completo el juego.
Israel se está embarcando en una operación militar que es peligrosa y sin perspectivas de beneficio. Israel puede preguntarles a sus aliados en Washington qué ganaron con las guerras sin sentido emprendidas para lograr cambios de régimen en todo el mundo. Puede preguntarles acerca de cuántas personas fueron asesinadas innecesariamente y quiénes tomaron el poder mediante el poder estadounidense. Pero no necesitamos a Estados Unidos ni siquiera pensar en la catástrofe palestina para comprender que estamos en el umbral de un desastre histórico también para Israel.
Si esta misión se lleva a cabo e Israel pone la Franja de Gaza patas arriba para sus gobernantes y habitantes, la tragedia quedará grabada durante generaciones en la conciencia del mundo árabe, el mundo musulmán y el Tercer Mundo. Una segunda Nakba impediría que cientos de millones de personas en todo el mundo acepten a Israel. Podría haber algunos regímenes árabes que al principio actuarían con moderación, pero la opinión pública de sus países no permitiría que esa moderación continuara.
El precio lo pagaría Israel, y será más elevado de lo que Israel cree en este momento. Israel está a punto de embarcarse en una guerra catastrófica (o quizá ya lo haya hecho).
--Gideon Levy para Haaretz, Octubre 15, 2023
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