Sunday, March 29, 2015

Creencias Falsas



Durante años han estado acumulándose los encuentros e intercambios de ideas que me han recordado como, y con cuanta fuerza, las falsas creencias mantienen la gente desinformada sobre las realidades de este mundo, retardando su crecimiento y limitando sus libertades.  Con el tiempo, descubrí, con no poca sorpresa, cuan frecuentemente la gente elige el confort en lugar de la verdad, y se rinde a los temores que acompañan la búsqueda de la verdad. 

Así como el camino hacia lo real y verdadero no es para nada confortable, sino mas bien inquietante, muchas veces doloroso y siempre amenazador; una existencia confortable está a menudo plagada de autoengaños, apatía, y limitaciones.

Si se quiere conocer lo real y verdadero, uno debe estar dispuesto a cuestionar todo. Uno debe estar preparado para abandonar la percepción superficial de como parece ser el mundo, o de como se cree que debería ser, de lo contrario, nunca se podrá crecer fuera de la zona de confort donde uno se encarcela voluntariamente.

Por supuesto, se puede elegir la comodidad en lugar  de la verdad, pero entonces se deben ahogar los interrogantes del intelecto, continuar haciendo lo que ha traído comodidad en el pasado, y creer cualquier cosa que brinde bienestar, aunque sea una falsedad.  Mucha gente vive feliz así, como tan claramente lo expresara el poeta italiano Giacomo Leopardi:  “La ignorancia es la mayor fuente de felicidad.”
 
En las palabras de Leopardi reverberan las de Giordano Bruno, quien dos siglos antes observó que “La ignorancia es la madre de la felicidad”.  Por su actitud frente a la ignorancia, este fraile Dominicano y filosofo humanista, fue quemado en la hoguera por la Inquisición.  No se sabe con precisión porque fue condenado, pero sospecho que su declaración “si no es verdad, está muy bien inventado” (Se non è vero, è molto ben trovato) debe tener algo que ver con su penoso final.

¿Sera cierto que la ignorancia es felicidad?  ¿Valdrá la pena buscar la verdad aun cuando pueda revelarnos una realidad incómoda?

Todos, sin excepción que se me ocurra, tenemos creencias. Algunas pueden ser desafiadas sin esfuerzo y sin demasiado costo emocional; otras son tan sacrosantas que nos inhiben de considerar analizarlas, por lo menos hasta que estemos preparados para hacerlo.  Cuando llegó mi tiempo con la osadía para hacerlo, y comencé a mirar más críticamente todo lo creído sobre la dinámica social, el dolor humano, y las creencias religiosas, mi vida tomó un rumbo del que no pude regresar.  

No todo el mundo esta dispuesto a emprender ese viaje, y no hay nada malo en descansar al abrigo de creencias falsas, todos lo hacemos en alguna medida.  Pero solamente el tomar conciencia que eso es lo que estamos haciendo, nos da la capacidad para tomar decisiones conscientemente.

Para quienes deseen acompañarme,  en las próximas notas compartiré mi opinión sobre la dinámica social, el dolor humano, y las creencias religiosas.  Hasta entonces, les dejo un ejemplo de felicidad por ignorancia. Espero lo disfruten.
Comentarios y criticas son bienvenidas.


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