Con bastante alivio, crucé mi mirada con la sirena de Starbucks que creí me sonreía desde la alacena... "que pena", pensé, "que los Sauditas hayan exigido taparle los senos y el ombligo para dejarles ofrecer el rico café en sus mercados... ¡Hubiera sido tanto más placentera la mañana con la sirena en su estado natural!"
Pero quedo
tranquilo de todas maneras. Había estado manteniendo el aliento desde las primeras horas del
12/21/12 esperando la catástrofe anunciada por los intérpretes de los Mayas, y
luego hasta la anoche a medianoche por el pronóstico del predicador Harold Camping, otro delirante que
en su cuarta predicción--después de disculparse de sus previos 3
fracasos--anunciaba el fin del mundo para Enero 6.
Harold Camping
Ya sabía que los
Reyes Magos no me visitarían, ahora confirmaba que el mundo no termino ayer, ni
hoy, ni en una fecha tan cercana que provoque mis temores.
Comparado con el
resto del mundo, mi ansiedad había sido mínima. En la víspera fatídica, miles
de personas se congregaron frente a las ruinas Mayas de Tikal, en la jungla
Nicaragüense, en celebración del inminente salto al otro mundo; otros tantos se
reunieron en Chichen Itza en México para despedirse de éste. En Taiwán, unos científicos del Museo de Ciencias
Naturales con muy buen sentido del humor, instalaron un cronometro regresivo
sobre una enorme replica de la pirámide Maya. En Sirince, un pueblito vecino a
Izmir en Turquía (¿Recuerdan mis recientes memorias de Izmir?) se concentró una
multitud internacional de refugiados espirituales con la esperanza de ser
protegidos por la Virgen Maria, porque se supone que desde allí ascendió al
paraíso dejando tras de sí una eterna corriente energética positiva. Lo mismo ocurrió en el pequeño poblado de
Cisternino en el sur de Italia, solamente porque un desconocido gurú Hindú lo
señalo caprichosamente como a salvo de la catástrofe.
Tikal, Nicaragüa
México
Sirince, Italy
Los chinos
tomaron el evento con mas sobriedad, arrestando de antemano a mas de 90
personas que distribuían panfletos anunciando que en la fecha nefasta se
apagaría el sol. Aunque no se sabe con certeza si fue por difundir el pánico o
porque en el mismo panfleto, los panfleteros urgían a la población a entablar
la batalla decisiva para exterminar del "dragón rojo" del Partido
Comunista.
Como fuere, hoy
Enero 7, estoy tranquilo y feliz, y con
tiempo para ver otra vez este corto video producido por NASA, mientras
disfruto más que nunca esta humeante taza de Starbucks que entibia mi mano.
...aunque la sonrisa de la sirena haya sido solamente una ilusión.
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