Llegado al abismo
de la ignorancia, el científico confronta uno de sus mayores dilemas: invocar
un Dios, o continuar la búsqueda de conocimiento. Ante lo inexplicable—o lo
trágico--el hombre de la calle llama Dios.
Los antiguos
textos científicos muestran que sus autores invocaban el poder divino sólo
cuando, en solitaria frustración frente al abismo de su ignorancia, llegaban al
límite de su comprensión.
¿No fue Isaac
Newton uno de los grandes intelectos de la humanidad? ¿No le debemos a él pues,
la explicación de fenómenos cósmicos que escapó a previos pensadores por
milenios?
Newton, sin
embargo, temía que, aunque el sistema solar pareciera ser estable, este era en
realidad inestable, ya que sus ecuaciones indicaban que los planetas deberían
haber caído en el sol o despedidos del sistema. Para explicar esta
discrepancia, Newton concluye en “Principia”, que en ocasiones Dios sale al
paso para corregir sus errores: “Este hermoso sistema de sol, planetas, y
cometas,”--escribió Newton un siglo antes de Laplace—“pueden proceder
únicamente del consejo y dominio de un Ser Inteligente y poderoso (…) Este Ser
gobierna todas las cosas, no solamente el alma del mundo…”
Pero la
misteriosamente divina estabilidad del sistema solar como una maniobra
incognoscible de Dios, fue desafiada por el matemático y astrónomo francés
Pierre Simón de Laplace en 1829, quien demostró en “Mécanique Céleste”, que el
sistema solar es estable durante períodos de tiempo más extensos que el que
Newton tuvo en cuenta. Así es la ciencia, corrigiendo y construyendo sobre sus
errores, aunque más de un científico antes y después de Newton, haya buscado
explicación en un Dios, o varios dioses, cuando llegaron al límite de su comprensión.
“A este Dios, los filósofos seculares de
hoy”--escribe deGrasse Tyson en The Perimeter of Ignorance—“le llaman el ‘Dios
de lo Ignorado’–que viene bien porque nunca ha habido escasez de ignorancia en
el conocimiento humano.”
Muchos son los interrogantes
que buscan respuesta en la ciencia. En algunos casos, las respuestas han
eludido durante siglos los mejores intelectos humanos. De allí la compulsión de
recurrir a una inescrutable Inteligencia Superior como única respuesta para
todos los enigmas de nuestro mundo físico que la ciencia no puede todavía
explicar.
Pero… ¿por qué
limitarnos a dar crédito a tal Súper-Inteligencia, exclusivamente por todas las
cosas maravillosas y complejas de nuestro mundo? ¿Por qué no acreditarle
también por todas las otras cosas cuyo diseño es feo, inservible, torpe,
impráctico, ineficiente, o simplemente dañino, propios de una inteligencia
pobre y desorganizada?
Podríamos
comenzar con el diseño de nuestro propio cuerpo… Comemos, bebemos, y respiramos
por un mismo tubo, y sin embargo, la muerte por atragantamiento es una de las
principales causas de muerte de ancianos y niños. ¿Es éste un diseño “inteligente”?
¿Qué hay de
inteligente en el apéndice? Aparte de no demostrar una función verificable,
sirve nada más que para causar apendicitis y tumores carcinoides.
¿Cuál es la
función de los pezones masculinos aparte de desarrollar cáncer?
¿Y del ojo, que?
¿No es el ojo humano considerado como una maravilla de ingeniería biológica?
“Para un astrofísico, sin embargo,”—escribe deGrasse Tyson en “El Perímetro de la Ignorancia” (The
Perimeter of Ignorance, Natural History Magazine, November 2005)—“el ojo es sólo un sensor de lo mas
vulgar. Un sensor bien diseñado tendría más sensibilidad para detectar
artefactos oscuros en el cielo, ver en la oscuridad, y podríamos percibir todas
las regiones invisibles del espectro. ¿No sería fantástico poder ver puestas de
sol en ultravioletas e infrarrojos?”
De otros
inquietantes problemas de diseño en nuestros genes y de las deficiencias que
nos hacen vulnerables a otras criaturas de la naturaleza como virus, bacterias
e insectos, ya hablamos en un post anterior, desvirtuando esa visión miope de
una naturaleza sabia y perfecta.
¿Por qué es
importante este razonamiento? Porque si Newton
no se hubiera detenido frente a lo que de inmediato no pudo descubrir, hubiera
podido cruzar el abismo de su ignorancia un siglo antes, y contribuir a que
Laplace cruzara algún otro abismo de ignorancia. Y podríamos haber ganado un
siglo de nuevos conocimientos. En cada abismo de ignorancia hay un retraso de
nuestro desarrollo.
Y también porque
si Carl y Raylene Worthington no se hubieran detenido frente a su ignorancia
para pedir a Dios lo que la ciencia médica pudo darles, su hija Ava estaría hoy
viva.
Ava Worthington
de 15 meses de edad, murió de neumonía bacteriana y septicemia en Marzo de
2008. Sus padres, Carl y Raylene
Worthington pertenecen a la iglesia Seguidores de Cristo, de creencias
incompatibles con la ciencia médica. Ellos
recurren a la "curación por la fe" con oraciones, ayunos, unción de
aceites, y palmadas sobre el cuerpo enfermo.
La saga de los
Worthington y el poder de la Fe no termina con la muerte de su hija.
Con la muerte de
la pequeña Ava, la familia quedó desconsolada, pero sin debilitar su fe,
consistente con la psicología del fanático enfrentado a evidencias contrarias a
su fe: cuanto más se prueba la falsedad de su creencia, mas se aferra a ella.
Los padres de
Raylene Worthington, Jeffrey y Marci Beagley, quienes habían visto morir a su
nieta por falta de atención médica, tenían ahora a su hijo menor Neil de 16
años--hermano de Raylene--con una infección urinaria, y, depositando otra vez
su fe en Dios, rehusaron asistencia médica. Oraron, cantaron, y untaron su cuerpo con óleos
benditos… todo lo que era de rigor para la ocasión, convencidos que Dios no les
decepcionaría otra vez. Seguramente Dios vería esto como una mayor demostración
de su fe y les recompensaría con una curación.
Neil Beagley
murió apenas unos meses mas tarde, en Junio 2008. La justicia condenó a Jeffrey
y Marci Beagley a prisión por homicidio, pero no devolvió la vida a su hijo.
Otros casos han
sido documentados por CHILD Inc. ( http://childrenshealthcare.org/ ), una
organización fundada para proteger a los niños de prácticas religiosas
destructivas y hasta letales. Quien necesite llorar puede visitar la página
http://childrenshealthcare.org/ y leer las trágicas historias de estos niños
víctimas del fanatismo religioso.
Por el resto del
mundo, sin llamar la atención de los medios, miles de niños y adultos sufren y mueren
víctimas de la ignorante religiosidad fanática, no siempre en espera pasiva de
un milagro.
En Octubre 4 y 5,
1994, mas de 50 personas entre hombres, mujeres y niños, miembros de la Orden
del Templo Solar de Suiza y Canadá, se suicidan en masa buscando el mítico
Paraíso después de la muerte. –Por el Cristianismo, Octubre 1994, Suiza y
Canadá. National Post Canada.
En Teliamura, un
pequeño pueblo de Tripura, India, Tapas Bin fue asesinado por orden de su
suegro al negarse a convertirse al Hinduismo. Después de una oración ritual, la orden fue
ejecutada por el chaman local. –Por el
Hinduismo, Junio 2013, India. L.A. Times
En Chile, Julio
1960, José Luis Painecur, un niño mapuche de 5 años, fue sacrificado y sus
brazos y piernas tirados al mar, para aplacar el poder divino que causaba los
terremotos de la zona. Interrogados por el horrendo crimen, su abuelo Juan José
Painecur explicó: “Nosotros solo estamos pidiendo la calma de los mares y la
tierra”. –Por el Taiñ Feyentún, Julio 1960, Time.
Y como todos
sabemos, las múltiples muertes bajo el lema de “¡Conviértete o muere!”. En unos de estos casos, los terroristas del
Estado Islámico decapitan a cuatro niños cristianos que rechazaron la conversión
al Islam. Cannon White, vicario de la Iglesia Anglicana en Bagdad, denunció la
decapitación de cuatro niños que se negaron a pronunciar las palabras de la
Sahada “No hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta” – Por el Islam,
Diciembre 2014, IslamWatch. Testimonio de Cannon White.
¿De dónde
proviene esta poderosa creencia, esta fe inquebrantable? Habiendo sido educado y viviendo en una
sociedad de tradición judeo-cristiana, solo me atrevo a señalar una única
fuente original: La Biblia.
"Pero una mujer
que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho a
manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía, y de nada le había
aprovechado, sino que le iba peor,
cuando oyó hablar de Jesús, se acercó por detrás entre la multitud y
tocó su manto.
Porque decía: Si
tocare tan sólo su manto, quedaré sana.
Y al instante la
fuente de sangre se secó, y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel
padecimiento.
E inmediatamente
Jesús, conociendo en sí mismo que había salido virtud de él, volviéndose a la
multitud, dijo: ¿Quién ha tocado mis vestidos?
Y le dijeron sus
discípulos: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?
Y él miraba
alrededor para ver a la que había hecho esto.
Entonces la
mujer, temiendo y temblando, sabiendo lo que en ella se había hecho, vino y se
postró delante de él, y le dijo toda la verdad.
Y él le dijo:
Hija, tu fe te ha sanado; ve en paz y queda sana de tu aflicción."
-- San Marcos
5:25-34. Reina-Valera 1960 (RVR1960)
La reacción
inmediata del creyente es generalmente: ¡No en MI iglesia! ¡No en MI grupo de
estudio bíblico! ¡No en MI religión! Pero
se engaña, porque la ilusión y la oportunidad para la decepción ocurren hasta
en las más pequeñas de las promesas de deidades sea cual fuere su origen o
denominación. El engaño religioso en
acción puede verse en este documental:
Un Asunto de
Milagro-Curación por la Fe (A Question of Miracles--Faith Healing)
Y aquí, para
quienes se sientan tentados a iniciarse en el negocio de “curar con la Fe”, un
extraordinario documental sobre cómo convertirse en “Curador de Dios”. Una pérdida lamentable para quienes no
comprendan Inglés.
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