Alberto,
Quiero invitarte
a analizar, dar comentarios pertinentes y si tienes una opinión sobre esta
temática.
2012 ENTENDIENDO
LOS CAMBIOS - Parte 1 (El verdadero Mensaje Maya)
Gracias!
Opino basado en
dos principios: Uno, el principio que, cualquier creencia--por absurda que
parezca--mientras haga una buena persona del que la mantiene sin perjudicar a
terceros, merece ser respetada; y dos, el principio de la profunda diferencia
entre "creer" y "saber".
En virtud del
primer principio y mientras no se intente imponérseme como verdadero, el tema
de "2012 ENTENDIENDO LOS CAMBIOS - Parte 1 (El verdadero Mensaje
Maya)" es respetable hasta el punto en que su promotor comienza a intentar
influir perniciosamente en la conducta de su audiencia. Al cierre de los interminables 95 minutos de
duración, la presentación de Daniel Lopez de Medrano en "Parte 1"
tiene la apariencia de sugerir el valor y la energía del amor para mejorar la
condición humana. Pero se llega a ese
punto después de una tortuosa y forzada mezcolanza de datos científicos,
especulaciones metafísicas, falsas analogías y conclusiones fuera de la lógica
común. Confieso que no me quedaron
fuerzas para sufrir la tortura de otros 95 minutos de la "Parte
2". Esta conferencia no amerita mi respeto.
Uno comienza a
sentir el típico tufillo de la charlatanería cuando solamente al minuto y medio
de la conferencia, el disertante "garantiza que al final de esta conferencia su vida va a
cambiar (...) Así que todos ustedes"--dice el disertante Lopez de
Medrano--"tienen una misión al salir de aquí y es divulgar esa información
que les voy a dar..." y agrega,
"no se descuiden que tenemos que irnos preparando porque exactamente hoy
faltan ... días para el evento de Diciembre 21 del 2012."
Pasado el
apocalíptico llamado de atención, el discurso continua en la conocida tradición
"tele-evangelista", convocando
la audiencia a prepararse para ayudar a las personas que no hayan despertado
(como quien escribe...) pues "van a necesitar de nosotros para esos
momentos... debemos estar preparados y no hundirnos con ellos..."
De allí en
adelante, el argumento se vuelve espeso y agobiante, escurriéndose entre datos
científicos bastardeados con analogías caprichosas, en muchas instancias
irrelevantes al tema central, y con el solo propósito de cubrir lo fantasioso
con un manto de credibilidad cientificista, la misma técnica discursiva para avanzar
la idea de los extraterrestres constructores de pirámides, la ley de atracción,
los chupacabras, el infarto informático del año 2000, las múltiples
predicciones de los Testigos de Jehová del fin del mundo en 1914, 1915, 1918,
1920, 1925, 1941, 1975 ,1994, y otras
historias no menos fantásticas.
Esto sin contar
algunos curiosos errores históricos de Lopez de Medrano, quien reconoce sus
(solamente) cuatro años de investigación periodística para descubrir "el
secreto del mensaje Maya". "En
1859" dice él refiriéndose al evento Carrington de 1859, "en una
época cuando la civilización no teníamos (sic) la electricidad (...) en esa
época no teníamos la electricidad pero si teníamos el telégrafo..."
¿Para qué pues
fue inventado el interruptor eléctrico automático en 1836? ¿O el timbre de
puerta en 1831? ¿Cuánto tiempo le habrá
llevado Lopez de Medrano enterarse que el telégrafo, ¡era eléctrico! Para 1859, hasta la común cocina a gas se
había convertido en eléctrica.
La temática de la
conferencia sin embargo, no es la calidad discursiva de Lopez de Medrano, sino
la veracidad y precisión de su revelación sobre "el verdadero mensaje
Maya" que ellos nunca declararon: ¡La Gran Catástrofe! ¡El fin del Mundo!
¡El Gran Cambio! ¡La Tormenta de Vibraciones! ¡La Gran Ola de Energía Solar!
¿Recuerdan la
amenaza del Problema Informático del Año 2000 (PIA2000)? El 31 de Diciembre de 1999 paso sin dejarnos
en la oscuridad y listos para enfrentar otra década de avances tecnológicos. No hay nada especial que esperar el próximo
21 de Diciembre, ese día llegará y pasará con la misma indiferente
inexorabilidad de días anteriores. Eso
sí, habrá otro solsticio de invierno, y por mas que se esfuercen los
charlatanes, el sol no eclipsará el
centro de la Vía Láctea ni se invertirán
los polos magnético del planeta, ni habrá tormentas solares sin precedentes. Pero aparecerán las excusas del fracaso de
las predicciones, y otras nuevas profecías de pseudocientíficos, charlatanes e
ignorantes para volver a elevar la paranoia popular.
Lo más curioso es
que la fábula de las Predicciones Mayas no comenzó con los Mayas, sino con una
oscura referencia a un ficticio Nibiru--un supuesto planeta descubierto por los
Sumerios--presentado por Zecharia Sitchin (¡Economista!) en su libro "Los
12 Planetas" (1976). En su libro,
Sitchin declara que los sumerios habían descubierto 12 planetas en el sistema
solar, que el 12° planeta es Nibiru, que estaba habitado por los
"Anunnaki" considerados Dioses, y que esos
"Anunnakis", llegaron a la
tierra 450.000 años atrás y que ¡crearon la raza humana manipulando los genes
de monos hembras, para hacerlos sus esclavos! El día menos pensado, escribió
Sitchin, los "Anunnakis" regresaran a la tierra para juzgar la
humanidad.
Nibiru,
simplemente, no existe, ni como planeta ni como albergue de Dioses. Lo único cierto es que Nibiru (en la
explicación aprobada por NASA) es un nombre asociado al Dios Marduk en la
mitología Sumeria, y aceptado generalmente como una referencia al planeta
Júpiter. Niburu no es Eris, el planeta
enano orbitando mas allá de nuestro sistema solar.
En 1995, una Sra.
Nancy Lieder, declaro que había sido elegida para alertar al mundo de una
inminente catástrofe: el Planeta X, Nibiru, atravesaría el sistema solar para
colisionar con la tierra en el año 2003.
Ella explicó que había sido "contactada por extraterrestres del
planeta X, Nibirus, del sistema Zeta-Reticuli", y que estos habían
implantado un receptor en su cerebro, a través del cual estaba en permanente
contacto telepático. La fecha de la
catástrofe: Mayo de 2003
Cuando la fecha
paso sin que nada ocurriera, ella simplemente movió otra vez la fecha al año
2012. Y de allí, simplemente, fue tomada por todo oportunista con tiempo y
ganas de crear fantasías apocalípticas.
Con toda
seguridad, los Mayas sabían tanto sobre el futuro de la humanidad como Nancy
Lieder, Zecharia Sitchin, los Testigos de Jehová o Daniel Lopez de
Medrano. A pesar de toda su sabiduría,
¿como los Mayas no pudieron predecir su propio colapso? Si solamente estos
"profetas-investigadores"
hubiesen considerado la posibilidad que una civilización cuyos
conocimientos no pudo salvarles de su propia destrucción, ¿estaría preocupada
en predecir catástrofes miles de años en el futuro?
Ellos ni siquiera
pudieron pensar en solucionar los problemas de su futuro inmediato: mucha
población y pocas tierras, destrucción de su medio ambiente, deforestación,
sequías, epidemias, guerras. Sin
mencionar sus prácticas sacrificiales humanas.
Tal vez la mejor
forma de demostrar la falsedad de algunos argumentos esté en la simpleza
inocente de los niños.
Una historia que
no recuerdo donde escuche, cuenta que una pequeña comunidad de granjeros estaba
pasando por una época de severa sequía.
Los viejos del lugar convocaron toda la comunidad a una misa para rogar
por una buena lluvia.
Uno de los
granjeros asistió con su pequeño hijo. Durante las plegarias, el pequeño
tironeó la camisa de su padre para
preguntarle, "Pa, ¿Qué está haciendo toda esta gente?" El padre se
detuvo para explicarle que todos estaban rogando para que viniese una lluvia, y
se volvió a seguir con su oración.
El niño miro a su
alrededor durante unos minutos, con cierta perplejidad en su rostro.
Nuevamente, tironeo la camisa de su padre y le pregunto: "Pa, si todos
aquí están rezando para que caiga una lluvia, ¿Cómo es que nadie trajo un
paraguas?"
¿Por qué la gente
elige creer en historias fantasiosas como el "verdadero mensaje de los
Mayas"? Bueno, eso me lleva a mi
segundo principio: la profunda diferencia entre "creer" y
"saber".
Muchas veces se cree solamente por confort, porque no saber
algo es más molesto que creer en cualquier cosa. Creer en algo es lo más
aproximado a "saber"--sin realmente "saber". Sin embargo, la diferencia entre
"saber" y "creer" es tan profunda que uno debe explorarla
con extrema cautela. Pero ese
puede ser un tema para otra oportunidad.
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